domingo, 23 de septiembre de 2007

LLUVIA


Caen las primeras gotas de lluvia del otoño. En realidad aún no es otoño, pero debería serlo. Un cielo encapotado como este no corresponde a un verano, o al menos eso me enseñaron en la escuela. El astro rey se esconde, suspirando detrás de unas nubes porque sabe que podrá descansar durante un buen rato. Con el agua, las florecillas sonríen, el aire huele bien y los caracoles, de forma paradójica, hacen rápida su aparición. La fragante lluvia revive los charcos, que desde primavera permanecían escondidos, atentos a que el cielo se encapotara de nuevo, deseosos de poder volver a salir a jugar, perdiendo su timidez. El transparente líquido tiñe de gris el cielo, y mi corazón de nostalgia.

Pero la alegría no dura mucho. En esta época la lluvia es todavía escasa, y viene y va, como una dama juguetona. Es quizás este flirteo lo que la hace tan embriagadora.

sábado, 15 de septiembre de 2007

BIENVENIDO MR. BUTE


Eran más de las 2 de la madrugada de un Martes cualquiera, y yo ya hacía rato que me encontraba sumido en la fase REM del sueño, concretamente en el punto en el que hace su acostumbrada aparición Mónica Belulli, quizás la más fiel de las mujeres con las que he estado hasta ahora. Disfrutaba de las ventajas de tener una relación onírica con una modelo italiana, cuando de repente un ruido procedente de la cocina me despertó sobresaltadamente. “¡Joder! ¡Con lo que me había costado que me la comiese!”(Hablaba de la ficha. Mónica y yo jugábamos una partida de parchís en mi sueño…) Contrariado me levanté de la cama y me puse mis zapatillas de paño, cuando de nuevo escuché otro ruido. Había alguien en la casa. En ese momento mi enojo se transmutó en canguelo. Paseaba nervioso por la habitación mordisqueándome mis, por otro lado, maltrechas uñas, decidiendo que hacer. No podía llamar a nadie puesto que el teléfono estaba abajo, así que tomé la decisión más importante y arriesgada de mí vida: Bajar y enfrentarme al peligro. Defender mi territorio como un hombre. Evitar que se comieran mis gofres. Abrí el armario y saqué mi viejo bate de béisbol, que compré hace algunos años por si ocurría un caso como este. No creo que a este lado del Atlántico nadie haya comprado un bate de béisbol pensando en usarlo para jugar…
Comencé a bajar las escaleras sigilosamente, ataviado con una camiseta interior, unos calzoncillos de Epi y Blas y un bate de béisbol sin estrenar, pensando en el sujeto de mi cocina. Podría haber dejado que me robara ya que era pobre como una rata, pero ya se había convertido en cuestión de orgullo. Cuanto más me acercaba más distinguía entre las sombras. Mi destino estaba cerca ¿Sería un yonqui? ¿Un ladronzuelo de poca monta? ¿Tal vez un talibán buscando refugio? ¡A lo mejor un narcotraficante colombiano huyendo de la pasma! Tenía la puerta a unos pasos. Ya casi podía distinguir al sujeto. Era, era, era…
¡¡¡EL BUTE!!! ¡No me lo podía creer! ¡La peor de mis pesadillas hecha realidad! ¡Toda la vida esquivándolo y por fin me había encontrado! ¡Atrapado en mi propia cocina! Me quedé petrificado ante el, atónito, quieto como un pollo de perdiz encandilado mientras se acerca a mí, atravesándome con su fría mirada. Sus lentos pasos lo aproximaban mientras yo era incapaz de hacer algo que no fuera balbucear. Cuando estaba frente levantó su mano mientras me sujetaba con la otra y… ¡me ofreció una cerveza…!

Limamos nuestras asperezas mientras echábamos una partida de póquer y tomamos unas cervezas con unas aceitunitas. Decidimos quedar para la semana siguiente junto al Hombre del Saco y el Ratoncito Pérez. En el fondo es buen tipo…



Nota: Bute: Dícese del Hombre del saco granaino. Personaje siniestro perteneciente al imaginario colectivo.

martes, 4 de septiembre de 2007

EL UNIVERSO ¿DIGAME?



Estaba el otro día sentado hojeando una revista mientras esperaba a que mi colega Rufus terminara su acostumbrada sesión de terapia, que como cada miércoles tomaba durante cuarenta y cinco minutos por el tema de sus problemas con la ira, cuando de repente un artículo situado a pie de página llamó poderosamente mi atención. En realidad lo que llamó mi atención fue un anuncio de sostenes que había en la página contigua, pero irremediablemente una cosa llevó a la otra. El artículo en cuestión hablaba de la infinidad del universo. Hasta ese momento lo único infinito de lo que había tenido conciencia era de mi hipoteca, con lo cual la dichosa revista me dio que pensar. Ese artículo venía a decir a grandes rasgos que el universo es vasto e infinito en si mismo, sin principio ni fin. Eso me hizo reflexionar iniciando en mí un conato de preocupación. Si el universo es infinito eso quiere decir que nosotros solamente somos un insignificante participante en una hipotética reunión universal. Un pequeño planeta de monos sin pelo tan pequeño como un paramecio, tan nimio como una aceituna en un martini. El apéndice del cosmos, el cromo repetido en el cajón de sastre del universo, la revista porno en braille del espacio. ¿Qué importancia adquirían entonces nuestros banales problemas al lado de mundos que nacen y se destruyen, de sistemas de millones, billones y quintillones de estrellas, de meteoritos que viajan por la galaxia cuidándose de no estrellarse contra algún satélite. Eso si un auténtico problema, puesto que por todos es conocido la mala baba de los satélites para con los meteoritos… Todos los días hay estrellas que desaparecen sin dar explicaciones en algún lugar encima o debajo de nuestras cabezas. Así, sin más. Adiós, bye, arrevoire. Nosotros tenemos también una de esas bolas de gas que arden alumbrándonos siendo el vital y original sustento de la vida, pero ¿Quién nos asegura que un día de estos el gas no escapará, desinflándose, dejándonos sumidos en la oscuridad y el repelús? Que ironía, muertos por una ventosidad cósmica…
El famoso Big Bang fue el que dio lugar a toda esta parafernalia, erigiéndose como el escultor beodo de cincel mellado. No se si el Sr. Big Bang era consciente de que lo hacía, pero desde luego que más desastroso no podía ser el resultado. ¿En que se tiene que estar pensando mientras se crea un universo? ¿En macroeconomía aplicada? Probablemente vería televisión, “estelar” por supuesto. Quizás todo sea producto de una melopea a escala cósmica, o una cámara oculta de los dioses. Es la única explicación verosímil que se me ocurre. Si no es así, a mi me lo parece. Por otro lado, si aunamos los conceptos de la existencia de vida inteligente (consideremos la tierra como vida a secas) más la infinidad del universo, nos encontramos con el problema de la comunicación interplanetaria. ¿Cuánto tiene que vivir una criatura para poder llegar al otro extremo del universo? ¿O cuantos puntos del carné debe perder en ese viaje para llegar a tiempo? Como vaya a 120 todo el rato…Esto destruye la figura del dominguero galáctico. Mundos condenados a observarse sin comunicarse, como ocurre con la vecina buenorra del bloque de enfrente (aunque en este caso creo que la falta de comunicación es debida a otras causas…). Además no creo que el móvil tenga cobertura en Marte. Puede que en realidad estemos exagerando el asunto, porque cuando se dice que el universo es infinito ¿A qué infinito se refiere? ¿Infinito como el cine sueco en versión original? ¿Infinito como las carreteras de la Mancha? ¿O tal vez infinito + 1? Sea como fuere, un viaje largo. Es conveniente llevarse una selección musical adecuada.

La manifestación de universo como idea misma en su propia esencia, produce una perplejidad inherente a la existencia pero contraproducente para la Nada, deteniendo la efusividad en el complejo de su propia conceptualidad refiere a sus propias leyes basadas en la antimateria e ideas físico espaciales teniendo su principal argumento en la subjetividad basada en la objetividad.

Me consuela saber que es aún más complicado encontrar un fontanero en fin de semana.

domingo, 2 de septiembre de 2007

RECUERDOS DESDE LA PUERTA DE TANNHÄUSER VOL.I


- ¿Qué le dice un pato a otro?

- Estamos empatados

Inquietante...


Un homenaje fictício para un gran pato fictício