miércoles, 31 de octubre de 2007

MEMORIAS INEXISTENTES


Ya tuve muchos recuerdos, y francamente, reconozco que estoy harto de ellos. Ha llegado el momento de olvidarlos y reiniciar el sistema, en aras de un nuevo comienzo carente del prejuicio endémico. Y es que retengo demasiadas cosas, y pocas son las que realmente me interesan. Es quizás mi condición de nihilista la que me impone este desapego. Yo no tengo la culpa. La culpa es de mi ego.

Mi idea primigenia era volalitizarlos con un cartucho de TNT-antimemoria o tal vez incluirlos en una vía muerta dirigida hacia la estación del olvido, pero quizás requiera un método más sutil como una alienación o perder la consciencia, como en un sueño. Es seguro que ya ha llegado el momento de cerrar los ojos y olvidar, de apagar las luces y permitir que el cerebro deje ir a su vacuo contenido, de arrinconar la memoria por un tiempo.

Es hora de extraviar los recuerdos.

miércoles, 17 de octubre de 2007

TE GUSTA DISFRAZARTE


Como te gustaba disfrazarte…

Antes solías esperarme en casa disfrazada. Te encantaba disfrazarte. A veces lo hacías de inocente colegiala, con tus trencitas y tu faldita de cuadros, otras, lo hacías de mujer fatal, con tus botas de de tacón y ese tanga negro que te regalé en nuestro aniversario. Algunas veces te disfrazabas con una mirada gatuna, otras con inocencia angelical. Como me gustaba…
Igual me encontraba en una taberna del viejo Oeste, viéndote bailar can-can, que igual visitaba un cabaret de los locos años veinte. Me encantaba quitarte el disfraz…

Pero ese era tu problema.
Siempre ibas disfrazada.
Te disfrazabas de cinismo, de falsedad. Te disfrazabas de amante entregada bajo las sábanas. Te disfrazabas de esposa leal.

Como te gustaba disfrazarte…


Este engendro esta dedicado a la bloguera Lucía Madrid, cuya exquisita pluma me inspiró

viernes, 12 de octubre de 2007

A VECES SUEÑO CONTIGO


Anoche volví a soñar a contigo. Una vez más.
Últimamente lo hago a menudo. Quizás demasiado.
Ahí estabas de nuevo, casi sin desearlo, de forma onírica pero tan tangible como todas las noches. Esta vez aparecías muy otoñal, tan fría como el hielo, pero cálida como la sonrisa de un niño. Sin duda, esa eras tú. Te recordaba como siempre, como la última vez que te vi: sensual, dicharera, acogedora, pero engalanada para la ocasión, como si por ti no pasara el tiempo. Y es que tal vez no lo haga.
Es posible que sea cosa de mis aduladores ojos, pero cada vez te veo más joven, como cuando estábamos juntos, como si fuera ayer de cuando hablamos. Pero ya no lo estamos. Ojalá hubiésemos vivido en una pecera atemporal, donde no pasaran los días, donde hubiéramos sido eternos. Ojalá todo fuera como cuando éramos jóvenes. Pero ni yo soy tan joven, ni tu estás conmigo. ¡Que tiempos aquellos!
Conocía hasta el más recóndito rincón de tu tierno corazón, incluso mejor que la palma de mi propia mano, porque para mí ya no tenias secretos. Tus exquisitas curvas no guardaban ya misterios para mí tras haberlas hecho y deshecho más de un millón de veces, vertiginosamente, con afán y esmero, con primor y gallardía. Recuérdalo, hace mucho que dejaste de ser impenetrable.
Recuerdo esas noches contigo. Tenías un don especial que las convertía en inmortales. Yo solía beber mi zumo de cebada, sentado en el puente mientras escuchaba tu ronroneo, y aunque nos rodearan miles para mi estábamos solos. No dejabas de sorprenderme. Hacías cada noche distinta a las otras. Así eras tú. Desconcertante pero fascinante.
Sin embargo hoy te veo tan lejana…
Se que no esperas otra cosa, que me haya ido con otra para no regresar, que me olvidase, que te enterrara. Pero no es así. Tú eres única. Tú eres mía. Tú eres especial.

Tú eres mi ciudad.

jueves, 4 de octubre de 2007

ESE PEQUEÑO FRIKY QUE LLEVAMOS DENTRO


Conduces hasta el trabajo ensimismado en abstractos pensamientos, tratando de recordar como se llamaba el malo de la película Tron, cuando de repente una revelación cambia tu vida por completo. Enseguida resuelves que ese instante representa uno de tus momentos más comunes de eso que llamas existencia, un claro exponente de los enredos de tu mente. Vives abstraído, exiliado a una alternativa dimensión de propia creación, donde tu máxima preocupación es tratar de imaginar como hubiera sido la tercera parte de los cazafantasmas. ¿En que momento perdiste el control de tu vida? ¿De que coño iba Muholland drive? Una luz aparece ante ti, pero tranquilo, no suenan las tres notas de Encuentros en la tercera fase. ¿Ves? Ya estas otra vez, con esos estúpidos comentarios. Chorradas. Tantas horas perdidas viendo Muscleman. Tantas tardes derrochadas jugando al Monkey Island. Frenas y paras el coche. Agarras el volante y piensas en tu vida, en lo que has hecho con ella, en como la fantasía ha superado a la ficción convirtiéndola en una realidad. Sales a comerte unos pinchos de tortilla mientras miras atrás y ves el camino recorrido. Pero eso no es lo importante. Lo importante es el camino que te queda por delante.

Eso y cuando saldrá la edición especial de Star Trek en dvd….