jueves, 6 de agosto de 2009

Yo, como los vampiros, me protejo del sol con unas Ray-ban


Hubo un tiempo en el que las gafas de sol eran un objeto meramente funcional. Un par de lentes ahumadas que protegían las pupilas de las abrasiones solares y de los destellos en carretera.
Pero la evolución las ha convertido en un apéndice a la última moda que forma parte de la anatomía. Un apéndice que nos oculta del mundo, que nos protegen de los demás como un escudo. Una máscara con monturas que esconde nuestra tristeza, nuestras ojeras, nuestras resacas o nuestra confusión. Ojos delatores camuflados por unos cristales tintados que cierran las ventanas del alma, escudriñados detrás de una trinchera de polímeros clásicos, modernos e incluso carnavalescos.
Las gafas de sol protegen los ojos y el alma, y como un blues hacen más llevaderas las depresiones.
Pero sobre todo y lo más importante: permiten mirar con tranquilidad tetas y culos.

2 comentarios:

Riotrankilo dijo...

FREDRIC BROWN
autor de la mejor ciencia ficción inventada hasta ahora.
y la razón por la que insisto
es porqué sé que no me equivoco.
si algún día, por casualidad entras en una libreria
y sales de ella con un libro de Fredric Brown
me creas o no
en ese momento tu vida habrá tomado un pequeño desvio hacia otro lugar.

Sulfamidas Smith dijo...

Ok, te haré caso y este autor pasará a engrosar la pila de lectura de mi mesita de noche. Ya te comunicaré mi veredicto. Espero que ese desvio que dices me lleve a una isla tropical llena de tías buenas ansiosas por copular. Nos vemos. Un abrazo