jueves, 10 de enero de 2008

FEOS


Los feos hemos sido los grandes marginados desde el comienzo de los tiempos, porque, perjudicados por nuestras pintorescas jetas , hemos quedando siempre relegados a un segundo plano, siempre dados de lado por los bellos, que presumidores de su condición se alzaban con el éxito social subidos en un pedestal de vanidad desde el cual nos miraban y se jactaban de su genética afortuna, bebiendo de botellas de petulancia despreciando nuestra bien avenida labor social. Y es que para que haya guapos, debe de haber feos, proporción que de no existir rompería el equilibrio universal conllevando un cataclismo de nefastas consecuencias, y sin embargo no lo agraden con mofa y escarnio.
Cuantas humillaciones sufridas por nuestra comunidad durante lustros, huyendo de los pescozones de chulitos de instituto hipervitaminados que hoy se han convertido en los reyes de la hormigonera, y que con su tupé de brillantina nos robaban el dinero del almuerzo haciéndonos pasar hambre, como si fuésemos refugiados de guerra, escudándonos detrás de nuestras gafas y tirantes.
Y es que no son pocos los feos que, habiendo siendo una pieza clave de la gestación de la humanidad, no son hoy reconocidos como se merecen, convirtiéndose unos pocos como Picio en la excepción que confirma la regla, aunque en este caso su mayor mérito resida en haber sido feo.
Pero por fin la historia ha hecho justicia y lo feo se ha puesto de moda. Los feos intentábamos huir de nuestra condición, cabalgando entre lo apolíneo y lo dionisiaco intentando encontrar un hueco en la parte media de la tabla, sin querer destacar, cuando de pronto esas estúpidas tendencias actuales decretan que lo feo mola. Esas pinturas hechas por niños de jardín de infancia, esos 4 alambres retorcidos en medio de una plaza, esos tipos de rostro insultante abrazados a supermodelos. La moda del bizarrismo está por todas partes: por las calles, por la televisión, por los bares. Ahora los feos son guapos. Y eso me alegra, porque por fin podemos lucir nuestra ortodoncia sin complejos y usar pajarita sin miedo a represalias. Es más, incluso ahora han vuelto los pantalones de pitillo. Comienza una nueva época para los feos. Comienza nuestra época.
Ya lo dijo el sabio: “Cuando las cosas se ponen feas, los feos entran en acción

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hombre, yo que he tenido el desafortunado privilegio de contemplar tu careto, puedo corroborar publicamente que eres rematadamente feo, es mas, según se refleje la luz en tu rostro diria que eres una aberración de la naturaleza. Pero si te sirve de consuelo los feos también follamos, sino no estariamos aqui mas de uno. Me parece adecuado que dadas tus dotes ofensivas a la condicion humana, hagas apologia de la fealdad. De hecho, estoy de acuerdo en lo que dices, y es que es innegable que la mayoria de las criaturas que habitamos en este mundo, no podemos incluirnos en los actuales y cada dia más estrictos canones de belleza. De todas formas, yo si fuera tu, iria al medico pues la ciencia ha avanzado mucho y a lo mejor te pueden hacer un apaño.