miércoles, 31 de octubre de 2007

MEMORIAS INEXISTENTES


Ya tuve muchos recuerdos, y francamente, reconozco que estoy harto de ellos. Ha llegado el momento de olvidarlos y reiniciar el sistema, en aras de un nuevo comienzo carente del prejuicio endémico. Y es que retengo demasiadas cosas, y pocas son las que realmente me interesan. Es quizás mi condición de nihilista la que me impone este desapego. Yo no tengo la culpa. La culpa es de mi ego.

Mi idea primigenia era volalitizarlos con un cartucho de TNT-antimemoria o tal vez incluirlos en una vía muerta dirigida hacia la estación del olvido, pero quizás requiera un método más sutil como una alienación o perder la consciencia, como en un sueño. Es seguro que ya ha llegado el momento de cerrar los ojos y olvidar, de apagar las luces y permitir que el cerebro deje ir a su vacuo contenido, de arrinconar la memoria por un tiempo.

Es hora de extraviar los recuerdos.

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